(La historia contada por Raquel)
La llegada de un bebé desde el primer momento
en el que la madre siente aquel tan bien llamado instinto maternal, es único y
especial. Es como les sucedió a Karla y Alex, tuvieron la dicha de sentir
aquella sensación tan maravillosa.
Aquella tarde en la que la vida de la joven
pareja cambiaría por completo, era tan perfecta con aquel ocaso. El corazón les
latía de una manera tan espectacular que parecía que se les iba a salir del
pecho.
Había
llegado el momento de abrir aquel sobre blanco que contenía la respuesta a aquella
intuición que sentía Karla. Ambos con muchísimo miedo abrieron el sobre, al
leer el resultado Alex abrazó a Karla fuertemente entre lágrimas le dijo: ¡Voy
a ser papá! ¡Me haces el hombre más feliz del mundo entero!
Todo era una mezcla de felicidad, confusión,
miedo y amor, y es que todo eso era nuevo para ellos. No sabían cómo darles la
noticia a sus familias, pero quedaron que darían la noticia solo a la familia
de Karla, y en cuanto cumpliese 3 meses se la darían a la de él.
Y así lo hicieron, la familia de Karla con la
misma reacción que Alex tuvo en cuanto supo de la gran noticia, la abrazaron y
brindaron su apoyo, comprensión y amor. La madre de Karla la engreía con uno
que otro antojo que ella tuviese, al igual que su padre y Alex, todos atentos
con ella ante sus malestares y/o síntomas que ella tenía.
Y así pasaron dos meses, Alex quería oír los
latidos de su bebé ya que él también quería experimentar de algún modo lo que
Karla vivía día a día. Ambos tomados de las manos fueron a la clínica para
poder conocer a su bebé. En cuanto la radióloga colocó aquel gel tan frio y
luego procedió a palpar el vientre de Karla con el ecógrafo.
El consultorio era una capsula llena de
emociones perfectas, como aquellos latidos que escucharon, muy atentos oían lo
que la radióloga les relataba con respecto a lo que se proyectaba en aquella
pantalla, pero sin dejar de oír maravillados los latidos de su bebe.
Se quedaron solos en el consultorio por unos
minutos, ambos no podían controlar sus lágrimas, el llenaba de besos su vientre
poco importaba que ella aún tuviese el gel. Allí decidieron elegir el nombre de
su bebe (aunque no supiesen si sería varón o mujer) ambos coincidieron que Naïara
Sophia describía la perfección de sus vidas. Al tener en sus manos, la primera
fotografía de su bebé, fueron a un centro comercial, allí compraron dos pares
de hermosas botitas, una color rosa y la otra azul marino.
Todo había sido felicidad durante esos dos
meses y diecinueve días, los síntomas de Karla seguían intensificándose, pero
el médico decía que eso eran indicios que el embarazo iba bien. Hasta aquella
noche, ocho de junio de 2016, aquella noche que ambos saben que la tendrán
marcada en sus almas durante toda su vida.
Inició con unos cólicos leves mientras dormían,
los cuales intentaron calmar con un poco de agua tibia, pero eso no bastó ya
que luego se vendría la parte peor. Karla pudo conciliar el sueño durante unas
horas, hasta que un dolor bastante agudo la despertó de manera inmediata, con
unas ganas tremendas de ir al baño, al momento de quitar la colcha lo que vio,
era como una escena de terror.
La cama llena de sangre, lo único que pudo
exclamar fue: ¡Alex! ¡Naïara! ¿Qué le está pasando?. Alex sin saber que
responder a aquellas preguntas tomó a Karla entre sus brazos, la cubrió y le
puso sus pantuflas. Llamó un taxi y la llevo al hospital, en el trayecto Karla
perdió la conciencia y se desmayó.
Había pasado un tiempo desde que habían llegado
al hospital, nadie le daba razón de que estaba pasando con su bebé y su novia.
Una enfermera salió a la sala a preguntar por los familiares de Karla, y él se
levantó del mueble, ella lo conduciría al cuarto en el que Karla se encontraba.
Efectivamente, allí estaba tan dormida como cuando
la tuvo en brazos, un médico ingresó al cuarto. Alex solo quería una respuesta
a todas sus dudas, y las obtuvo aunque no las entendía y mucho menos las
aceptaba.
La contemplaba tan quieta (como nunca podía
estar), y entre lágrimas recordaba aquellas respuestas.
- -¿Cómo está mi novia? ¿Cómo está mi
bebé?
-
Ha perdido mucha sangre, ahora la
estamos estabilizando.
- -¿Qué pasó? ¿Cómo está mi bebé?
-
Tuvo un aborto espontaneo, su bebé
murió.
- -¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué hicimos mal?
¿Qué le faltó a mi novia?
-
Señor, esto suele pasar muchas
veces sin explicación alguna, y ésta es una de esas veces. Su novia se
recuperará, pero debe seguir ciertas pautas para su recuperación.
- -Déjeme a solas con ella, por favor…
El cuarto se había tornado frío, solo pudo
reposar su cabeza junto a la de su novia. Pasaron unas horas y ella despertó,
al verlo con los ojos rojos, sus preguntas eran casi las mismas.
Alex pasó a decirle lo que el médico le dijo,
Karla se derrumbó en un montón de lágrimas de un dolor inexplicable, para luego
pasar a culparse y que todo aquel amor e instinto maternal se destruyan, para
que el odio y el dolor pasen a tomar esos lugares.